Sin duda alguna nos sirven de mucho. A parte de brindarnos un ratico de entretenimiento al lado de una deliciosa taza de café colombiano, nos sirven para darnos
cuenta de que nuestros queridos candidatos a la presidencia, al parecer, no
saben escuchar las preguntas que se les hace y siempre se salen por la
tangente. Todos unos artistas de la comunicación.
El uno se basa en lo que supuestamente ha hecho.
Preguntas con respecto al futuro y queda corchado.
En cuanto al otro, parece que tuviera un telepronter o apuntador en su odio y recibiera instrucciones de qué decir a cada momento, por poquito le avisan cuándo debe parpadear. Y lo peor de todo es que los datos que da son falsos ¡Que viva la desinformación!
En cuanto al otro, parece que tuviera un telepronter o apuntador en su odio y recibiera instrucciones de qué decir a cada momento, por poquito le avisan cuándo debe parpadear. Y lo peor de todo es que los datos que da son falsos ¡Que viva la desinformación!
No juzgo a los periodistas en el planteamiento de las
preguntas, me parece que son las adecuadas teniendo en cuenta que el tiempo no
les da para más. En lo que sí estoy totalmente en contra es en que permitan que estos
espacios se vuelvan cuasi rines de boxeo en donde se enfrentan dos de las
grandes fuerzas económicas y políticas del país. Toda una novela en vivo.
Pero bueno desparchados, veámosle la mejor cara al asunto. Agradezcámosle
a estas figurillas el ratico de entretenimiento que nos están dando en el
horario AAA de las principales cadenas televisivas nacionales y la verdad creo que muchos
colombianos quedamos con la “Britneyface” con estos galanes de telenovela
del que saldrá nuestro futuro gobernante.
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